Argelia sigue manteniendo una industria vitivinícola con más de 70 bodegas en operación.
Bajo el dominio romano, la vinificación continuó hasta las conquistas musulmanas del norte de África en los siglos VII y VIII.
Cuando Argelia quedó bajo el dominio francés en 1830, los viñedos fueron replantados para satisfacer las necesidades de los locales, También ser daban uvas silvestres (o de bosque) en la costa argelina del mar Mediterráneo.
Las uvas dieron bayas pequeñas, que fueron consumidas frescas o secas.
Al mismo tiempo, el islam fue pobremente injertado en algunas tribus bereberes que continuaron cultivando uvas y produciendo vino.
[1] Tras la independencia, la industria del vino se vio gravemente afectada por la pérdida de los colonos franceses y el ejército francés, que proporcionó un mercado interno considerable para el vino.
A comienzos del siglo XXI, se estaban realizando esfuerzos para reactivar la industria vinícola argelina, pero hasta ahora muy poco vino argelino está en el mercado internacional.
Los viñedos se utilizaron principalmente como separadores entre campos, y las bayas se comieron frescas o secas[5] En 1836, el mariscal francés Bertrand Clauzel intentó establecer una producción agrícola en las cercanías de Boufarik, pero este intento fracasó debido a las hostilidades de 1839[5] Cuando los franceses llegaron a Argelia en 1830, introdujeron variedades como la Ugni, Cinsault, Mourvedre, Alicante Bouschet, Plante Mula y Cabernet.
[6] Los primeros colonos sembraron sus propios semillas, debido a que su producción no requería grandes inversiones, como resultado la producción obtuvo un vino simple el cual fue importado de Francia y de España.
[5] En 1868, el cardenal Charles Martial Lavigerie estableció un viñedo en Harrach en provincia de Argel.
[9] Desde 1875, cuando la filoxera destruyó los viñedos franceses y europeos, Argelia se convirtió en la "tierra prometida" para los enólogos.
El gobernador general de Argelia, Antoine Chanzy, recibió un mensaje que decía:[7]
En la sesión del Consejo Superior de 1877, el General Chanzy hizo la siguiente declaración:[7]
Sin embargo, la demanda de préstamos fue tan grande que el banco no pudo proporcionarlos por completo.
Además, los comerciantes exigían vinos de alta calidad, cuya producción aún estaba mal establecida.
[7] Al mismo tiempo, el banco argelino dejó de emitir préstamos agrícolas y su director fue despedido.
Estas iniciativas legislativas tuvieron el efecto contrario: los colonos argelinos comenzaron a acelerar el área de viñedos a un ritmo acelerado para poner al gobierno ante el hecho consumado.
[8] En 1936, el área de viñedos alcanzó su pico y ascendió a 399.447 hectáreas (3994.47km ²) .
Al mismo tiempo, el vino argelino no era en absoluto barato y sus precios superaban significativamente al nivel mundial: era un 75% más caro que el vino griego, español o portugués de calidad comparable.
[4] Después de que el país se independizara en 1962, comenzó una profunda crisis en la viticultura.
[8] Argelia suministró cierta cantidad de vino a Alemania occidental y los países del Benelux, pero el volumen de estos suministros no era tan grande y no podía compensar la pérdida del mercado francés.
[12] Esto obligó al gobierno socialista argelino a mirar hacia los países del bloque oriental.
El presidente Ahmed Ben Bella apeló al “multimillonario rojo” Jean-Baptiste Doumeng quien medió la venta de vinos argelinos a países de Europa del Este.
En 1971, se llevaron a cabo negociaciones adicionales sobre este asunto, pero la URSS fue inflexible.
Argelia hizo intentos adicionales de suministrar vino a Checoslovaquia y Cuba, pero las negociaciones tampoco fueron rentables.
[6] Aïn Bessem los viñedos se encuentran en el valle, en suelos arenosos y limosos.
Se producen vinos tintos y rosados, entre las marcas conocidas están Saint-Augustin.
La participación del monopolio estatal "National Wine Trade Bureau" establecida en 1968 (fr.
En los últimos años, también se han comenzado a cultivar variedades más refinadas, como la cabernet sauvignon y el merlot.