Aun así, todas las palabras del idioma español tienen su lugar en Wikipedia, en tanto se utilicen en forma precisa, correcta y mesurada.
Y cuando sí lo está, estas palabras hacen que la explicación aparezca como condescendiente hacia el lector.
Ejemplo: «Antes de las elecciones, las encuestas indicaban que el candidato tenía una imagen muy negativa.
Esto es, algo en lo que solo han intervenido procesos naturales, sin intervención o manipulación humana.
La matemática, física y otras ciencias tienen incluso otros usos específicos del término, igualmente admisibles.
Estas palabras implican una postura editorial: El escritor las utiliza porque ha considerado que algo es irónico, sorprendente, curioso, etc.
Entre una u otra, por lo general se utiliza «controversia» para un caso de actualidad bastante concreto que genere opiniones fuertes en uno u otro sentido, mientras que «polémica» es aplicable a discusiones de carácter más establecido y permanente (por ejemplo, la legalización o no del aborto).
Estas palabras deben reservarse para casos en los que el debate sea realmente mayúsculo.
Suelen usarse para que una conexión entre dos entidades parezca más importante de lo que quizás sea, generalmente una de ellas tiene un gran descrédito o imagen negativa y se busca con este uso desprestigiar a la otra parte por asociación.
Este tipo de expresiones tiene tres funciones principales, todas muy poco recomendables para una enciclopedia.
De una forma similar a la anterior, deberá indicarse eso para demostrar que no se está ingresando una opinión propia.
No solo debe evitarse su uso en Wikipedia sino también vigilar su aparición en los medios que se utilicen como fuente de información.
A menudo los medios utilizan estas u otras estructuras para «sugerir sin afirmar» información que pueda resultar injuriante o difamatoria hacia la parte involucrada, la cual podría iniciar juicio si dicha información apareciera como afirmación.
Para poder interpretarlas adecuadamente es preferible utilizar el mismo sistema en forma consistente y no mezclarlos.
Por ejemplo, «En la ciudad el 40 % de la población se desplaza a diario en colectivo, mientras que un millón lo hacen en el subterráneo», una oración expresada de esa forma no permitiría apreciar qué proporción existe entre ambas cosas o siquiera cuál es la mayoritaria.
Palabras más neutrales son preferibles, y se pueden encontrar pensando un poco.
Es igualmente desaconsejable apelar al lenguaje vulgar con propósitos didácticos, intentando atraer la atención del lector empleando un lenguaje próximo a este, ya que tales usos podrían ser malinterpretados o resultar confusos.
Por supuesto, al igual que los demás casos, el uso puede ser aceptable en determinados contextos.
No hay problemas con obras que empleen groserías con motivos artísticos: si por ejemplo el disco ¿Dónde jugarán las niñas?
de Molotov tiene un tema que se llama «Puto», esa palabra en ese contexto es un nombre y no un insulto.
Sin embargo, el significado ha pasado a ser generalmente sinónimo de «fanático religioso».
Un fundamentalista no es necesariamente un extremista, ni siquiera alguien particularmente estricto en materia moral.
Si un grupo lo hace, es preferible usar la descripción propuesta por el propio grupo, dentro de límites razonables, o usar una descripción más específica, ya que esto lo representa tal como se ve a sí mismo.
No debería usarse el término «teoría» y sus derivados para denotar suposición o especulación.
En ciencias e historia existen voces más apropiadas para esto, como «hipótesis» y «conjetura».
La palabra «legendario» tiene dos acepciones fáciles de confundir y que pueden causar problemas cuando se usan en una biografía.
Como a veces es difícil distinguir cuál de los dos sentidos se está usando, es mejor evitar el término.
A menos que se usen en citas o contextos específicos, hay palabras cuya precisión puede cambiar con el tiempo.
«Actualmente X país está compuesto de Y provincias» puede ser adecuado al hablar de la historia del país, ya que será un dato válido hoy y seguramente lo seguirá siendo por años.
En español la palabra «severo» equivale a «riguroso, áspero, duro en el trato» o «exacto y rígido», y no a «extremo, grave, importante o serio», significados que sin embargo tiene la voz inglesa severe.