Conocedor del mundo hispano, dirigió en varias ocasiones el Instituto Ibero-Americano de Berlín.
Sin embargo, perdió este puesto tras la caída del presidente peruano Augusto B. Leguía.
Asimismo intervino en el ámbito político español interno, dando un importante apoyo a los falangistas y su líder, Manuel Hedilla.
Durante la Segunda Guerra Mundial siguió dirigiendo el Instituto Ibero-Americano, aunque no tuvo ningún papel importante.
A pesar de su cese como embajador, Faupel continuó estando muy relacionado con las cuestiones españolas.
No obstante, durante algún tiempo los Aliados llegaron a pensar erróneamente que Faupel se había refugiado en la España franquista.