Su producción siguió hasta bien entrados los años ochenta, y no resultó como en el caso ruso; en el que se tomó el siguiente modelo.
Ahora, y después de la guerra, la planta Zastava se encuentra en manos del fabricante italiano Fiat, y en ella ya se producen coches notablemente modernos, siendo este el primero en abrir la cooperación de dicha planta con el conglomerado italiano.
Se les criticaba el delicado sistema eléctrico, heredado del diseño de la Fiat; el cual requiere unas manos expertas y cuidadosas que intervengan su estructura con éxito.
La suspensión delantera era independiente y la trasera usaba eje rígido montado sobre ballestas.
Este modelo se vendía también en Europa con motor de 1.500 c.c (el mismo del Polski Fiat 125P) que producía 83 caballos.
La mayor diferencia con el 1.300 radicaba en su mayor longitud entre ejes (20 centímetros más).De este modelo llegaron algunas unidades Fiat, importadas por Corauto, que se diferenciaban de su hermano yugoslavo, en que traían la tapa de gasolina en el guardabarros trasero izquierdo y no debajo del stop del lado mismo.
Adicionalmente el modelo italiano venía con stops de forma y tamaño diferente.