Segismundo Félix Felinski

En el undécimo año de vida perdió a su padre, y cinco años más tarde, su madre.

Se entregó al crecimiento espiritual de los fieles, ayudó a los pobres y huérfanos, impulsó la formación sacerdotal, la renovación interior.

Poniendo en guardia contra el inútil derramamiento de sangre, ante la insurrección contra la anexión rusa de enero de 1863, defendió con valentía a los oprimidos.

El 14 de junio de 1863, fue destituido y exiliado por las autoridades zaristas a Yaroslavl en el Volga.

Semi-exiliado, los últimos doce años de su vida transcurren en Dzwiniaczka, diócesis de Lov, en Galitzia la zona polaca ocupada por el Imperio austrohúngaro.

Fotografía del icono de San Segismundo Felinski de Michael Costik