Según Hesse, no existe en dicho liquen ácido cetrárico, sino que éste resulta de la descomposición del protocetrárico.
La acción emética se ejerce, pues, por un mecanismo complejo, pero principalmente nervioso central.
Los efectos del ácido protocetrárico estudiados experimentalmente por Robin y Brissemoret no se acompaña más que de algunos cólicos ligeros en ciertos individuos.
Se ha prescrito el ácido protocetrárico contra vómitos de la migraña, la embriaguez y la tuberculosis.
Asimismo se aconseja en los de las histéricas y los que subsiguen a la anestesia clorofórmica.