Álvaro de Rivaguda Enciso y Luyando (?
Recibió su nombramiento del virrey Francisco Fernández de la Cueva y de la Cueva.
[1] Según el historiador Juan Francisco Molina Solís, Rivaguda era: Dice en fin el mencionado historiador que la gestión de Álvaro de Rivaguda fue oportuna y discreta.
Los acusados fueron llevados a la horca en la cárcel de Mérida después de demostrarse su culpabilidad.
Fue el epílogo del crimen en el que había sido implicado el gobernador Martín de Urzúa y por lo que había tenido que viajar a España para explicarse por las imputaciones de que lo había hecho víctima el obispo de Yucatán.