También se mostró inclinado a los asuntos filosóficos, económicos y educacionales.
Sus relaciones políticas oscilantes con los gobiernos de la época lo obligaron a exiliarse varias veces en Buenos Aires.
Amigo de Bartolomé Mitre se escribió varias cartas con el mismo eminente político argentino y también colaborador del sector colorado de Juan Carlos Gómez.
Polemista implacable, colaboró en los diarios como La Defensa y El Progreso.
Su obra más emblemática, Nirvana, se convirtió en un libro profético sobre el porvenir del Uruguay como nación, aislado de las tribulaciones vecinales y latinoamericanas y empeñado en mirar hacia las «luces» de Europa.