Así pues, Ángel Sevillano, había recibido desde su juventud una educación impregnada de valores castrenses.
[3] Antes del ataque, las fuerzas rifeño-yebalas, habían realizado penetraciones nocturnas en pequeños grupos.
A esta columna se une el teniente Rafael Arjona Mansó con sesenta y ocho askaris de la Mehala de Tetuán y once artilleros al mando del teniente Joaquín Fuentes pila.
El teniente de ingenieros Ángel Sevillano, recibe asimismo la orden de organizar una sección para salir desde Nator principal para marchar a Kudia Tahar y hacer reparaciones.
Ya desde la salida, va abriendo paso al convoy que subía desde Ben Karrich, protegiendo con las fuerzas a sus órdenes la sección de la Mehala que se dirigía a Tienda Fortificada.
A pesar del intenso fuego enemigo que se le hacía desde los laderas y crestones de Haffa el Ma y Haffa Tuabs, consigue entrar en Kudia Tahar al mediodía del 3 de septiembre.
Una vez recibida la orden de evacuación de la posición, el Teniente Sevillano mandó al Teniente Ocasar que saliera con los demás oficiales y con la tropa que no necesitara medios de evacuación, quedándose él con los heridos graves hasta que llegaron dichos medios.
Existe un elevado número de laureadas y medallas militares concedidas tanto a los defensores como a los que participaron en las operaciones de liberación por lo costoso y encarnizado que resultó liberar la posición.
[7] Al fracasar la sublevación el capitán Osuna marcha a Lora del Río para intentar detener la acción del capitán Sevillano, alcanzándolo en la estación de dicho pueblo, nos da el siguiente testimonio del encuentro: "cuando este, al llegar yo, supo por mí que no debía dar cumplimiento a las órdenes que recibiera de su comandante, porque este las había a su vez recibido de un mando ilegítimo, se mostró sorprendido...Por esta actitud deduje yo que el Sr.
[8] Tras el fracaso, fue condenado a prisión en Guadalajara y Madrid.
El 31 de enero de 1934, se retira la acusación que se tenía contra este oficial, junto con otros por no quedar comprobada su culpabilidad.
Yo lo tuve siempre, y no cambio de opinión, por adicto al poder constituido".
Desde el punto de vista ideológico, lo que sabemos del capitán Sevillano es que, según su viuda, "era un celoso amante de España y del Ejército.
[10] De estas declaraciones, podemos inferir que nos encontramos ante un militar africanista, seguramente monárquico, que en todo caso solamente simpatizaría con una república burguesa y de orden.
Y en segundo lugar, porque una vez detenido no fue confinado en la cárcel de Díaz Porlier, sino en la Modelo.