Durante la mayor parte del siglo XX, la provincia de Guadalajara experimentó una fuerte tendencia a la despoblación.
La capital provincial se convirtió en el principal polo de atracción migratoria del territorio.
A partir de los años setenta, la población empezó a concentrarse en otros municipios del Corredor del Henares, en los que se formaron polígonos industriales y proliferaron las urbanizaciones residenciales, como Azuqueca de Henares, Alovera o Cabanillas del Campo.
[2] La conurbación formada por Guadalajara y las localidades circunvecinas es considerada por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana como una de las Grandes Áreas Urbanas de España (GAU), al superar los 100.000 habitantes.
En 2022, el área urbana de Guadalajara ocupaba el cuadragésimo segundo lugar por población y era la cuarta con mayor crecimiento interanual.