La santa nació en el pueblo riojano de Villavelayo, sus padres fueron García y Amuña, quienes hicieron mucha oración para poder concebirla.
Poco tiempo después de entrar en la vida monástica, dijo que sus tres santas preferidas la habían visitado en su estrecha celda, y la habían alentado a seguir su elección de vida con más celo.
[1] Así, los datos proporcionados por Berceo se complementan con una Memoria Cronológica citada por el padre Argáiz cuya cronología nos revela que nació en el año 1043, se recluyó en 1052; tuvo su primera visión en 1068, cuando contaba con 25 años, y murió el 11 de marzo de 1070 a los 27 años.
Berceo nos narra que su cuerpo fue enterrado en una cueva detrás del Monasterio de Suso.
A los nueve años de edad Oria llegó junto con su madre al monasterio de Suso, en San Millán, donde tomó el hábito con perpetuo encerramiento y clausura, «como era costumbre en aquella época que viviesen los monjes y monjas juntos».