Es el abuelo de Bruno Gollnisch.
Era miembro de la Liga francesa antimasónica.
Criticó la Corte Permanente de Arbitraje y denunció las premisas de la creación de la Sociedad de Naciones y de la Corte Permanente de Justicia Internacional en un libro,[1] señalando las influencías masónicas para crear un gobierno mundial, una justicia mundial y una religión global sin el papismo.
[2] Explicó que el derecho internacional tenía que permanecer de forma arbitral y no judicial, si no se produciría más guerras y legalizaría la "ley del más fuerte", remplazando el derecho por la fuerza, lo que precisamente quería evitar.
[3] Emitió la hipótesis que los círculos masónicos querían eliminar el derecho de libre determinación de los pueblos para reemplazarlo por el derecho internacional.