En la mitología greco-romana, Io o Ío (en griego antiguo, Ἰώ, Iṓ), a veces escrita en castellano antiguo como Ioo o Yoo, es recordada especialmente por ser una amante de Zeus que fue transformada en vaca.
[2] La doncella Io, ya desde los trágicos griegos, es referida como Ináquide (Ἰναχίς), esto es, hija del dios fluvial Ínaco, y por lo tanto era una ninfa náyade.
Ambas pertenecían, pues a la misma rama genealógica descendiente del epónimo Argos.
[11] La versión griega nos dice que de la unión entre Zeus e Io nació Épafo, a orillas del río Nilo.
[14] Los autores romanos dicen que finalmente Io se casó con Telégono, rey de Egipto.
Argos ató la vaca a un olivo que había en el bosque de Micenas.
[22] Entonces Hera envió un tábano en persecución de la vaca,[23] la cual primero se dirigió al golfo por ella denominado Jónico, luego a Iliria y, habiendo recorrido en monte Hemo, cruzó el llamado entonces estrecho Tracio y ahora, desde su paso, Bósforo («paso de la vaca»).
Zeus al saberlo aniquiló a los Curetes e Io salió en busca de su hijo vagando por toda Siria (pues le había sido revelado que allí lo criaba la esposa del rey de Biblos); una vez encontrado Épafo, volvió a Egipto y se casó con Telégono, a la sazón rey de los egipcios.
Este llegó hasta el Quersoneso de Caria, y al no encontrarla se instaló allí por miedo a regresar sin cumplir su misión, fundó una ciudad y se convirtió en rey de parte del territorio.
[18] Entre los egipcios se cree que Apis es el dios cuya presencia es más manifiesta.
Los griegos lo llaman Épafo lo atribuyen a su madre, la argiva Ío, hija de Ínaco.
[19] Juan Malalas narra una versión evemerizante en el que se mezclan elementos clásicos y cristianos en una narración racionalizante.
Lo mismo hizo su hijo Fauno, quién una vez ascendido a rey de Italia, tomó el nombre en honor al dios Hermes, y a diferencia de su padre, fue deificado en vida durante su estancia en Egipto.
Entonces Pico se enteró de que Ínaco tenía una hija virgen y hermosa.
Pero Io reaccionó negativamente a este incidente y no quiso estar con Pico.
[32] Juno descubriendo a Júpiter con Ío es un cuadro del pintor Pieter Lastman, realizado en 1618, que se encuentra en la National Gallery de Londres.
Otros artistas como Correggio en su obra Júpiter e Ío, Rubens, Ambrogio Figino o Andrea Schiavone trataron el tema.