Al igual que la ósmosis inversa también hace uso de membranas semipermeables para llevar a cabo el proceso.
Se utilizan sales que se pueden eliminar fácilmente con el calor, como carbonato amónico, o que no afectan negativamente al producto resultante, como el agua glucosada al potabilizar agua salada.
Sin embargo, ésta tecnología dispone de algunos pocos inconvenientes los cuales se muestran más adelante.
En cuánto a los módulos, se pueden diferenciar varios tipos: la fibra hueca, la lámina plana, el enrollado en espiral y el tubo grande.
Para poder reducir la deposición, hay que orientar la membrana de la manera más óptima posible así como modificar las condiciones de la alimentación y del agente osmótico siempre que las condiciones del proceso lo permitan.
Asimismo, existe la posibilidad de que la membrana llegue a cargarse negativamente durante su operación.
[7] Otras limitaciones que tiene esta tecnología es, en algunos procesos, la difícil separación de ciertos compuestos y la regeneración del agente osmótico.
En estas situaciones en general no se dispone de demasiados recursos para purificar agua.
PRO (Pressure-Retarded Osmosis) es un método que se puede utilizar para aprovechar esta energía.
[10] La energía generada por PRO a partir del agua de mar tiene ciertas características que la hacen muy atractiva.
[10] El agente osmótico debe ser seleccionado cuidadosamente para que este ofrezca altas presiones osmóticas ya que éste agente proporciona la fuerza impulsora para el proceso de ósmosis directa, afectando a la eficiencia de separación del proceso.
Existen estudios que analizan la presión osmótica tanto de compuesto inorgánicos como orgánicos.
Las propiedades generales que un agente osmótico debe tener son:[6] Hay diferentes tipos de agentes osmóticos dependiendo de las propiedades químicas que tengan como los componentes gaseosos y volátiles, inorgánicos, orgánicos o nanomateriales funcionalizados.