Las sombras de verde y amarillo, las cuales golpean su cara, le dan una apariencia bastante cadavérica.[...]
algunos ropajes pueden estar demasiado arrugados y algunas actitudes muestran una carencia de nobleza."
[1] La obra recibió numerosas críticas negativas aunque el escritor y también reconocido crítico de arte Charles Baudelaire, alabó la obra diciendo: "Una hermosa, enorme, sublime e incomprendida pintura.
Cómodo parece no prestar atención a lo que su padre desea decirle mostrando una actitud arrogante.
Por desgracia, el mensaje que Delacroix pudo querer transmitir permanece oculto.