[2] Fue construido en 1957 por Tishman Realty y Construcción, que lo vendió tras quebrar en 1976.
A finales de los años 1990 lo compró Sumitomo Realty & Development.
En 2000, lo adquirió el grupo Tishman Speyer y en 2007 se lo vendió a Kushner Properties, de Jared Kushner.
[3] Ese año se habló incluso de cambiar su número por el 660, para evitar las evocaciones del 666.
[2] En septiembre, The Washington Post publicó un informe sobre la delicada situación financiera del inmueble.