A9 fue el nombre dado a un cohete alemán de dos etapas cuyo diseño comenzó en 1940 por un equipo dirigido por Wernher von Braun.
Otra ventaja es que en esta disposición se acoplaba mejor a la interetapa con la primera etapa A10.
El misil se elevaría con su piloto hasta 390 km de altura y a una velocidad de 3400 m/s, donde apagaría el motor, iniciando la reentrada y un planeo que extendería el alcance del vehículo.
El piloto se guiaría por radiobalizas situadas en submarinos alemanes emergidos en el océano Atlántico.
Poco antes de alcanzar el objetivo, el piloto fijaría este en un visor óptico y saltaría del misil, bien muriendo o siendo capturado.