La antigua iglesia abacial es ahora la basílica de San Amalberga.
A principios del 714 Pipino de Herstal y su esposa Plectruda enviaron cartas a san Willibrord para la protección del monasterio, lo que permitió la libre elección de los abades.
La fundación benedictina sirvió de refugio a los misioneros que trabajaban en Frisia y Holanda.
La abadía fue suprimida a finales del siglo XVIII, cuando la Revolución francesa se extendió a los Países Bajos.
La iglesia abacial, construida en el siglo XI, es uno de los principales ejemplos de la arquitectura románica en los Países Bajos, aunque empañada por una mala restauración en 1885-1890.