A las religiosas de este instituto se les conoce como hermanas abandonadas y posponen a sus nombres las siglas F.M.I.
Estas mujeres consagradas no emitían los votos, pero vivían en comunidad haciendo vida contemplativa y de vez en cuando salían del convento para visitar enfermos, acoger a las mujeres abandonadas y dedicarse a la catequesis.
[2] La compañía se difundió rápidamente por la República de Venecia, sin embargo, cada comunidad mantenía su independencia.
La sede central se encuentra en Torreglia, (Italia).
[1] Las hermanas abandonadas se dedican a diversas obras sociales y a la educación e instrucción cristianas de la juventud, además administran casas para retiros espirituales y de acogida.