Los abanicos aluviales suelen formarse cuando el flujo emerge de un canal confinado y queda libre para extenderse e infiltrarse en la superficie.
Estos depósitos en abanico contienen probablemente las mayores acumulaciones de grava del registro geológico.
[2] Los abanicos aluviales varían mucho en tamaño, desde unos pocos metros en la base hasta 150 kilómetros, con una pendiente de 1,5 a 25 grados.
[6][7] Cuando hay suficiente espacio en la llanura aluvial para que todos los depósitos de sedimentos se abran en abanico sin entrar en contacto con las paredes de otros valles o ríos, se desarrolla un abanico aluvial no confinado.
[9] Estos abanicos pueden registrar cambios climáticos o procesos tectónicos, y el proceso de erosión lateral puede aumentar el potencial del acuífero o yacimiento de petróleo del abanico.
[11]} Cuando numerosos ríos y arroyos salen de un frente montañoso hacia una llanura, los abanicos pueden combinarse para formar un delantal continuo.
[15][16] Aunque la vista en planta puede semejar a la de un delta litoral, los procesos que generan a estas dos formas son esencialmente diferentes, como son diferentes las estructuras sedimentarias que las caracterizan.
El flujo en el abanico proximal, donde la pendiente es más pronunciada, suele limitarse a un único canal[6].
[18] Como resultado, normalmente sólo una parte del abanico está activa en un momento dado, y las zonas desviadas pueden sufrir formación de suelo o erosión.[6].
Esto significa que un flujo de escombros puede detenerse mientras aún se encuentra en un terreno moderadamente inclinado.
[23] La saturación del coluvión rico en arcilla por tormentas localmente intensas inicia el fallo de la ladera.
[26]} Los abanicos dominados por flujos de detritos tienden a ser escarpados y con poca vegetación.
En climas áridos o semiáridos, la deposición está dominada por lluvias poco frecuentes pero intensas que producen crecidas repentinas en el canal alimentador.
[27] Estos abanicos aluviales suelen tener una pendiente menos pronunciada, pero pueden llegar a ser enormes.
[25] El Kosi y otros abanicos a lo largo del frente montañoso del Himalaya en la llanura indogangética son ejemplos de gigantescos abanicos aluviales dominados por el flujo de los arroyos, a veces descritos como megafans.
La erosión litoral del abanico aluvial de Lima ha hecho que este asuma un contorno distal cóncavo (bahía de Lima), en lugar del contorno convexo que corresponde a los abanicos.