Pausanias menciona la tradición según la cual los habitantes de la ciudad decían que sus primitivos habitantes eran procedentes de Argos y que la ciudad se había hecho llamar así por su fundador, Abas o Abante.
[2] En Abas se encontraba un famoso oráculo de Apolo con muchos tesoros y exvotos.
[3] Durante las guerras médicas fue uno de los lugares destruidos por las tropas persas de Jerjes I, en el año 480 a. C., que llegaron a incendiar el santuario.
En cambio, los romanos veneraron el oráculo de Apolo y por ello concedieron a Abas la independencia y además el emperador Adriano mandó construir otro templo más pequeño para Apolo que contaba con imágenes de Apolo, Leto y Ártemis.
Según el Instituto Arqueológico Alemán, este santuario era ya utilizado en época micénica.