Como hijo único, sus padres esperaban que se casara y continuara su ilustre linaje.
[3] Román Rostislávich, principe de Smolensk, estableció una escuela en la ciudad, en la que no sólo se enseñaban libros eslavos, sino también griegos y latinos.
Se hizo muy popular entre los laicos, ya que trabajaba para los enfermos y los problemáticos.
Desde su ordenación, el monje Abraham celebró diariamente la Divina Liturgia y cumplió la obediencia del clero no sólo para los hermanos, sino también para los laicos.
Era todo un asceta, delgado y ya pálido por el trabajo extremo, con vestimenta sacerdotal se parecía en apariencia a la de san Basilio Magno.
[2][3] Los ciudadanos de Smolensk exigieron que el padre Abraham fuera restaurado en su cargo.
Este clamor por el restablecimiento llevó a una segunda investigación del obispo Ignacio, quien en esta segunda ocasión, lo absolvió, levantó su suspensión y permitió servir y predicar de nuevo.
[3] Abraham de Smolensk murió alrededor del año 1221, habiendo pasado 50 años en el monacato.