[4] Posteriormente, la única pintura de este abrigo fue estudiada por Antonio Beltrán Martínez (1968),[5] Martín Almagro (1970) y Fernando Piñón (1982), siendo la última revisión la de Manuel Bea y Jorge Angás (2015).
El abrigo corresponde a un antiguo aprisco o covacha de ganado, recinto circundado por un muro anterior de piedra y protegido por una visera rocosa.
La pintura se halla sobre un muro liso, a unos dos metros del piso del suelo, representa a un toro orientado hacia la izquierda, con la cabeza gacha, en actitud de embestida.
La descripción inicial recoge «una línea delgada y derecha que parece representar una azagaya clavada en el pecho» del toro (Breuil y Obermanier, 1927:530-531), elemento que no aparece en descripciones posteriores, como tampoco la actitud del animal.
Representado en disposición oblicua, actitud estática, pintado en tonos oscuros con tintas planas.