No vestían armaduras ni tampoco portaban escudos, y su posición usual era la tercera línea de combate, para dar protección a las tropas pesadas.
Eran personajes al servicio de algunos magistrados romanos (pretor, cónsul o gobernador provincial), de los que generalmente era liberto.
[1] Su misión era ser la voz del magistrado, convocando al pueblo a las asambleas y llamando a las partes en litigio ante un tribunal.
[1] En el ejército, los accensi eran un cuerpo encargado de suplir las bajas.
[1] Con el paso del tiempo formaron una unidad ligera independiente sin armas ofensivas ni armadura, que combatían arrojando piedras o con los puños.