Accidente del Blackwater 61

Las aeronaves de Blackwater operaban en Afganistán bajo contrato con el ejército estadounidense para transportar tropas y suministros por todo el país.

Las seis personas a bordo fallecieron en el accidente, incluyendo una que sobrevivió inicialmente pero murió posteriormente mientras esperaba ser rescatada.

Sin embargo, para 2002, estaba generando millones de dólares en contratos con el gobierno federal para proteger instalaciones y personal estadounidense en el extranjero.

[2]​ En 2004, la empresa fue contratada por el Air Mobility Command para asistir al ejército en sus operaciones en Afganistán, Pakistán y Uzbekistán.

Bajo este contrato, Presidential Airways volaba seis rutas programadas regularmente a pequeños aeródromos en Afganistán.

[5]​ Este no era el único contrato de aviación en el que estaba involucrada Blackwater.

Uno de estos helicópteros se estrelló en 2007 debido a fuego enemigo.

El piloto comentó al inicio del vuelo: “Espero estar yendo por el valle correcto”.

La grabación también muestra a los pilotos conversando de manera informal sobre el vuelo y su trabajo.

Todas las personas a bordo del vuelo Blackwater 61 murieron, incluidos ambos pilotos, quienes fueron expulsados de la aeronave.

[11]​ Además, el Blackwater 61 no llevaba ningún equipo de rastreo a bordo y no se había presentado ningún plan de vuelo, lo que dificultó la localización del aparato.

[5]​ Uno de los hallazgos más condenatorios del informe fue que el especialista Miller, quien había sobrevivido inicialmente al accidente, podría haber sobrevivido si hubiera recibido atención médica adecuada dentro de las primeras ocho horas.

Sin embargo, volar en los Estados Unidos es muy distinto a volar en Afganistán, donde las previsiones meteorológicas y el control del tráfico aéreo son casi inexistentes, y las montañas alcanzan altitudes mucho mayores.