A menudo pretenden ayudar con el crecimiento, la sequedad o el daño del cabello.
Los textos arcaicos encontrados durante esta época contenían información sobre “recetas” utilizadas por los egipcios para combatir la calvicie.
Al igual que los aceites naturales, los aceites capilares artificiales pueden disminuir la sequedad del cuero cabelludo formando películas hidrofóbicas que disminuyen la pérdida de agua transepidérmica, reduciendo la evaporación del agua de la piel.
Otras fuentes vegetales incluyen almendras, argán, babasú, bardana, ricino y semillas de té.
[cita requerida] Los aceites naturales se utilizan más comúnmente como productos cosméticos en el cuero cabelludo.