Tras la muerte del coral, su esqueleto contribuye a la generación de nuevos arrecifes en la naturaleza, debido a que la acción del CO2 convierte muy lentamente su esqueleto en bicarbonato cálcico, sustancia esta asimilable directamente por las colonias coralinas.
El cenénquima, o parte común del esqueleto colonial, es denso, reticulado y con espinas simples.
[4] Los coralitos axiales y radiales no están claramente diferenciados en las puntas de las ramitas.
[6] Se distribuyen en aguas tropicales del océano Indo-Pacífico, desde las costas orientales de África, todo el Pacífico central, hasta Pitcairn.
Es especie nativa de Australia; Birmania; Camboya; Chagos; Filipinas; Fiyi; Guam; India; Indonesia; Japón; Kenia; Kiribati; Madagascar; Malasia; Islas Marianas del Norte; Islas Marshall; Mauritius; Mayotte; Micronesia; Mozambique; Nauru; Nueva Caledonia; Palaos; Papúa Nueva Guinea; Pitcairn; Polinesia Francesa; Reunión; Islas Salomón; Samoa; Samoa Americana; Seychelles; Singapur; Somalia; Sri Lanka; Tailandia; Taiwán (China); Tanzania; Tokelau; Tonga; Tuvalu; Vanuatu; Vietnam y Wallis y Futuna.
En su interior contienen agentes bloqueantes de radiación ultravioleta para protegerles durante su fase planctónica.
Una vez asentadas, las larvas se metamorfosean a pólipo, secretando carbonato cálcico para conformar un esqueleto, o coralito.
Una luz más bien alta satisfará a la mayoría de las colonias aclimatadas al acuario.
Se debe añadir micro plancton u otros preparados para animales filtradores, adaptados a sus pequeños pólipos.
Todos estos factores han creado un efecto sinérgico que disminuye en gran medida la supervivencia y el éxito reproductivo del coral.
La recuperación natural de los corales es un proceso lento, y se dificulta con esta especie, porque hay muchos inhibidores que influyen en su supervivencia.