Tras la muerte del coral, su esqueleto contribuye a la generación de nuevos arrecifes en la naturaleza, debido a que la acción del CO2 convierte muy lentamente su esqueleto en bicarbonato cálcico, sustancia ésta asimilable directamente por las colonias coralinas.
El coenosteum, o parte común del esqueleto colonial, tiene espínulas simples entre los coralitos.
Es especie nativa de Australia; Birmania; Camboya; Cocos; Comoros; islas Cook; Eritrea; Filipinas; Fiyi; India; Indonesia; Japón; Kenia; Kiribati; Madagascar; Malasia; Maldivas; Mauritius; Mayotte; Micronesia; Mozambique; Nauru; isla de Navidad; Nueva Caledonia; Niue; Palaos; Papúa Nueva Guinea; Polinesia Francesa; Reunión; Samoa; Samoa Americana; Islas Salomón; Seychelles; Singapur; Somalia; Sri Lanka; Tailandia; Taiwán (China); Tanzania; Tokelau; Tonga; Tuvalu; Vanuatu; Vietnam; Wallis y Futuna; Yemen y Yibuti.
Se reproducen asexualmente mediante gemación y por fragmentación, siendo este último el modo de reproducción cuando las ramas de las colonias se rompen debido a los temporales, y sus fragmentos originan nuevas colonias.
[8] Los huevos una vez en el exterior, permanecen a la deriva arrastrados por las corrientes varios días.
En su interior contienen agentes bloqueantes de radiación ultravioleta para protegerles durante su fase planctónica.
Una vez asentadas, las larvas se metamorfosean a pólipo, secretando carbonato cálcico para conformar un esqueleto, o coralito.
Una luz más bien alta satisfará a la mayoría de las colonias aclimatadas al acuario.
Se debe añadir micro plancton u otros preparados para animales filtradores, adaptados a sus pequeños pólipos.
Como todas las especies de Acropora, no se deben mantener junto a especies de Sinularia, porque éstas liberan terpinas al agua, que pueden acabar con el Acropora sp.
A. pulchra es un coral común, pero en las últimas décadas ha descendido notablemente, y en determinadas zonas continua en declive, ya que es de las especies más afectadas por el blanqueo de coral producido por el calentamiento global.