Actrices ambulantes vistiéndose en un granero

Si bien no forma parte de la serie Los cuatro momentos del día, parece que la intención de Hogarth desde el principio fue vender las cinco copias juntas, pues lo complementa tal como lo había hecho Southwark Fair con El progreso del libertino.

Al igual que en otros grabados de Hogarth, como Southwark Fair y El músico enojado, una mujer bonita ocupa un lugar central; en este caso, Diana, identificable por su tocado con una luna creciente, practicando su pose.

Sus enaguas han caído a sus pies, dejando al descubierto sus muslos, y el escote aflojado de su camisa deja ver sus senos; ella es cualquier cosa menos la diosa casta: consciente de la atención del espectador, esboza una leve sonrisa.

A su izquierda, en un esfuerzo para prepararse para el papel, Flora también en ropa interior, camisa y tontillo, se está sacudiendo el cabello empolvado con un batidor de harina sentada frente a un espejo roto sostenido por una vela, puestos sobre un cesto de mimbre.

En primer plano a la derecha, Juno lee y practica sus líneas, mientras que la Noche, identificable por su tocado oscuro con lentejuelas de estrellas, zurce un agujero en su media.

En primer plano, una mujer disfrazada del águila de Júpiter da la papilla a su bebé; el cuenco con la comida descansa sobre una corona grande con un pequeño papel doblado donde se lee Ley contra los actores ambulantes.