Se estipuló, no obstante, que las mismas podrían recuperarse transfiriéndolas a Palestina como bienes de exportación alemanes.
En compensación por su reconocimiento oficial como únicos representantes de la comunidad judía, los dirigentes sionistas se ofrecieron para romper el boicot que habían organizado todas las organizaciones judías del mundo, lideradas por las poderosas asociaciones de EE.
También fueron muy activos en los Judenrat, los comités que controlaban los guetos y decidían quién debía ser deportado.
Todas las cuestiones fueron negociadas por Eichmann, y se probaron en el juicio a que fue sometido en Jerusalén.
El Acuerdo de Haavara, negociado por Eliezer Hoofien, director del Banco Anglo-Palestino, fue creado por el Ministerio de Economía del Reich en 1933 y continuó hasta 1939 aunque fue con menos apoyo cada año.
Este trato creó un mercado substancial para fábricas Alemanas en la Palestina gobernada por los Ingleses.
Hitler parecía ser indiferente a los detalles económicos pero sin embargo lo apoyó desde septiembre de 1937 al 1939.