[2] Este tratado requería que Corea contratase asesores financieros y diplomáticos designados por Japón.
[3] El Gobierno coreano contratará como asesor diplomático del Departamento de Asuntos Exteriores a un extranjero recomendado por el Gobierno japonés, y todos los asuntos importantes relacionados con las relaciones exteriores se tratarán después de que se haya tomado su consejo.
[3] El Gobierno coreano consultará al Gobierno japonés antes de celebrar Tratados o Convenios con potencias extranjeras, y al tratar otros asuntos diplomáticos importantes, como el otorgamiento de concesiones o contratos con extranjeros.
[4]Este "supuesto tratado" se ideó en un proceso coercitivo;[2] y los coreanos buscaron invalidar las consecuencias no deseadas presentando evidencia a la comunidad internacional.
Por ejemplo, Este tratado fue confirmado como "nulo y sin efecto" por el Tratado de Relaciones Básicas entre Japón y la República de Corea concluido en 1965.