En el pasado la mayoría de los árabes sunitas sentían odio y desconfianza hacia Allawi por su actuación cuando estuvo al frente del Gobierno, por lo que eran pocos los sunítas que votaban al partido o estaban afiliados a él; y la inmensa mayoría de los kurdos preferían sus propios partidos nacionalistas.
Por eso la mayoría de los miembros del partido eran chiíes liberales, que se oponen a que la política esté dominada por la religión y que por lo tanto rechazan a los partidos confesionales chiíes; la mayoría de estos chiíes aconfesionales son de clase media y profesionales o intelectuales.
Sin embargo, esto cambió radicalmente en vista a las elecciones parlamentarias del 2010 cuando Allawi y su partido formaron una coalición con los grupos y dirigentes suníes más importantes y populares, con el objetivo común de sacar al actual primer ministro Nuri al Maliki del poder; esa coalición se llama Alianza Iraquí y llevó a Allawi como candidato a primer ministro, obteniendo el voto de la inmensa mayoría de los electores árabes suníes iraquíes.
Por éste motivo, el ANI fue creado con financiamiento de Arabia Saudita y una fuerte ayuda de Estados Unidos y el Reino Unido que querían crear alternativas opositoras no controladas o ligadas a Irán.
La mayoría de los miembros fundadores del Acuerdo Nacional Iraquí eran desertores del Ejército, la Inteligencia y la Policía iraquíes que se habían rebelado contra Hussein y se habían pasado a la oposición clandestina; por eso el nuevo partido alegaba tener lazos con las Fuerzas Armadas iraquíes y trataba de organizar un Golpe de Estado contra Hussein.