No fue reconocida por el marqués hasta los 9 años de edad, posteriormente, también llegó a utilizar para su carrera profesional el apellido Romance.
[2] Fue conocida especialmente por sus miniaturas y retratos entre otros, de músicos, artistas e intérpretes teatrales por lo que la colección más importante de su trabajo está en la Comédie-Française,[3][5] pero también realizó pinturas sobre temas históricos y mitológicos.
Desde 1800 hasta el final del Primer Imperio francés, su obra obtuvo buenas críticas.
[5] Además de sus actividades artísticas, Romany participó en varias operaciones financieras durante la Revolución Francesa, el Directorio y el Consulado.
Compró una casa y usó la hipoteca como garantía de préstamo aparentemente para financiar otros negocios.