Se aproximaba al centro cultural estadounidense cuando cuatro sujetos pararon su limusina Chevrolet blindada.
[5] El secuestro ocurrió con un "un plan con la vista de, al menos, un policía afgano.
"[5] "No se le hizo ningún pedido al gobierno estadounidense, ni tampoco algún pedido más detallado o concreto al gobierno afgano.
[4] La policía afgana realizó un asalto al cuarto 117 con armas automáticas pesadas.
[5] Una autopsia mostró que había sido disparado en la cabeza a una distancia de seis pulgadas.
[6] Los otros dos captores fueron capturados vivos pero fueron inexplicablemente asesinados; los cuerpos fueron exhibidos a las autoridades estadounidenses antes de la noche.
"[12] Múltiples factores oscurecieron el suceso: "la ejecución de los captores vivos, prevención de análisis forense en la escena del crimen, el bloqueo a los investigadores estadounidenses y la evidencia plantada.
[5][6] Anthony Arnold sugirió que "el único beneficiado sería la Unión Soviética," ya que el asesinato del embajador "envenenó irremediablemente" las relaciones afgano-estadounidenses, "dejando a la Unión Soviética con el monopolio del poder influyente" durante el gobierno de Nur Muhammad Taraki .