A la izquierda se encuentra la Sagrada Familia (José, María y el Niño Jesús), mientras a la derecha están los tres Reyes Magos, con los regalos en la mano.
Las figuras se encuentran todas en primer plano, agolpándose y ocupando todo el espacio pictórico, según una iconografía que facilitaba la comprensión del fiel y así el uso devocional.
Sobre un fondo oscuro y neutro, la escena se organiza sobre un ritmo pausado, con colores sobrios a base de marrones, con elementos en amarillo y rojo para realzar el color.
Particularmente brillante, a diferencia de los otros cubrecabezas, es el turbante rojo del mago negro, que resalta todavía más en contraste con su piel oscura.
La notable importancia dada a los costosísimos recipientes, uno de rara porcelana azul y blanca (que en la época provenía sólo de Extremo Oriente) y de piedras semipreciosas los otros dos (jaspe y ónice), hacen referencia al gusto de Isabel de Este y las colecciones de su Studiolo.