[1] La escena muestra una pobreza extrema, la Virgen y San José en pose de humildad mientras los pastores reverencian al niño, un poco gordo pero cariñoso y tierno.
Caravaggio utiliza su característico estilo tenebrista para destacar a los personajes principales con una iluminación dramática que resalta sus expresiones y actitudes.
La pintura fue realizada durante el período en el que Caravaggio se encontraba en Sicilia, huyendo de Roma debido a problemas legales.
La composición es sencilla, pero efectiva, enfocándose en los gestos y expresiones de los personajes para transmitir el mensaje religioso.
La pintura ha pasado por varias restauraciones a lo largo de los años para mantener su integridad y brillo original.