El prelado fue protector y considerado como padre por las miembros del instituto.
En la actualidad (2015) el cargo lo ostenta la religiosa italiana Isabella Vecchio.
[1] Las adoratrices se dedican a la pastoral social, especialmente entre drogadictos, prostitutas, encarcelados y enfermos terminales.
Además tienen turnos de oración continua ante el Santísimo Sacramento.
El hábito está compuesto por una túnica y un velo blanco.