Aedón

Zeus alivió su pena transformándola en ruiseñor, pájaro cuyo canto melancólico es considerado por los poetas como el lamento de Aedón por el hijo suyo al que mataron.

Politecno estaba entonces haciendo una silla y Aedón un bordado, y acordaron que quien terminase primero el trabajo recibía del otro una esclava como premio.

De regreso a casa la violó, la vistió con ropas de esclava y le ordenó que guardara el más estricto silencio, dándola a su esposa como el premio prometido.

Después de algún tiempo, Quelidón se lamentó de su destino cuando creía que estaba sola, pero Aedón la oyó y las dos hermanas conspiraron contra Politecno y mataron a su hijo Itis, cocinaron su cuerpo y lo sirvieron a Politecno.

Este mito parece proceder de las meras etimologías, y es la versión tebana del de Filomela y Procne.