Recibió una completa formación musical desde la infancia temprana en el coro, o escuela de música, ligado al convento.
Es conocida por haber sido la solista en los motetes encargados por Giovanni Porta y Andrea Bernasconi, en cuyos manuscritos aparece mencionado por su nombre.
Junto con Michielina y Santa della Pietà, Ágata fue una de las tres niñas expósitas residentes en el Ospedale que llegaron a ser compositoras.
No se sabe nada más sobre su actividad en años posteriores ni su muerte.
Sólo se conservan dos motetes de Ágata, un Novo aprili en Fa mayor (dedicado a "Louisa della Sga Agnatta") y un arreglo, también en Fa mayor, del Salmo 134 para completas; aunque de este último sólo ha llegado a nuestros el bajo continuo.