Entre estos se mencionan a las tierras agrícolas, jardines, granjas y otros espacios utilizados para la producción de alimentos.
[1] En los espacios mencionados se pueden dar relaciones biológicas referidas a las actividades desarrolladas en estos.
Se entiende por agrofitocenosis a todas las plantas presentes en el entorno de producción agrícola, malezas y cultivos.
Teniendo en cuenta la rotación de cultivos, haciendo que una sola especie pueda ocupar el campo por una o varias temporadas consecutivas.
Sin embargo, la cantidad de materia orgánica que producen es solo un pequeño porcentaje del total en el medio.
Esta "labranza biológica" crea una capa superior del suelo más estable, lo que ayuda a prevenir daños por el agua.
Todos dependen unos de otros; la vegetación alimenta a los organismos del suelo y crea condiciones favorables, mientras que los microorganismos proporcionan un hábitat óptimo para las raíces.
Desde una perspectiva empresarial, la agrobiocenosis representa el capital biológico del agricultor, cuyo rendimiento económico puede aumentar significativamente si se gestiona adecuadamente.