El agua albuminosa es muy útil en los casos de intoxicaciones por productos cáusticos (ácidos y álcalis) en los que no se puede provocar el vómito del paciente por su carácter corrosivo.
[3] También puede aplicarse en intoxicaciones agudas producidas por algunos metales como el mercurio o el nitrato de plata.
En el caso del mercurio se une a la albúmina produciendo un albuminato insoluble completamente inocuo.
Debido a esto, hay que administrar la cantidad justa de albúmina, lo cual es muy difícil.
La emesis puede facilitar la eficacia debido a la eliminación de los precipitados que se van formando.
Los únicos ingredientes necesarios para la obtención de este antídoto son huevos y agua.