Hijo de escultor, trabajó en bastantes obras junto con su padre Agustí Pujol, lo que hace difícil la atribución de algunas de ellas.
En el acta de su matrimonio del año 1614, se le menciona como vecino de Martorell, que coincide con la elaboración del retablo mayor para la iglesia de esta ciudad.
Entre 1617 y 1619 realizó el retablo del Rosario para la iglesia de San Vicente de Sarriá.
Su obra más famosa es la que hace el año 1623: el retablo de la Purísima Concepción para la iglesia de Verdú (Lérida), firmando el contrato por cuatrocientas libras barcelonesas.
La imagen central de la Inmaculada es una pieza destacada de la escultura catalana del siglo XVII.