Verdi originalmente eligió no escribir una obertura para la ópera, sino meramente un breve preludio orquestal.
Sin embargo, al final decidió que no se interpretara la obertura debido a su -en sus propias palabras- "insipidez pretenciosa".
[9] Aunque Verdi no acudió al estreno en El Cairo, estuvo muy insatisfecho con el hecho de que la audiencia estuviera formada por dignatarios, políticos y críticos, pero no miembros del público en general.
La Amneris de Milán, Maria Waldmann, fue su favorita en el papel y le pidió que lo repitiera varias veces.
El éxito de esta nueva ópera cimentó aún más su fama internacional.
[24] Para la primera representación, Mariette hizo un enorme esfuerzo para que tanto los escenarios como los trajes parecieran auténticos.
Entonces aparece Aida y, cuando Radamés la ve, Amneris se da cuenta de que él parece perturbado.
Ella sospecha que Aida puede ser su rival, pero es capaz de esconder sus celos y se acerca a ella (Amneris, Aida, Radames: Vieni, o diletta, appressati / "Ven, querida mía, acércate").
Un mensajero anuncia que los etíopes, liderados por el rey Amonasro, marchan hacia Tebas.
La escena finaliza con Aida sola en el salón, cantando Ritorna vincitor / "Regresa vencedor", en la que se siente dividida entre su amor como hija, la lealtad a su país y el amor por Radamés, haciendo suyas las palabras con que los egipcios saludan a Radamés, recién nombrado general del ejército, deseándole la victoria.
Escena 1: Sala privada de Amneris Se desarrollan danzas y música para celebrar la victoria de Radamés (Coro, Amneris: Chi mai fra gli inni e i plausi / "Nuestras canciones alaban su gloria"').
Sin embargo, Amneris aún duda sobre el amor de Radamés y se pregunta si Aida está enamorada del joven guerrero.
Cuando Aida entra en la cámara, Amneris pide que todo el mundo se marche.
Se produce el enfrentamiento entre Aida y Amneris: la princesa egipcia interroga con astucia a la esclava que, involuntariamente, descubre su amor por Radamés.
(Amneris, Aida: Fu la sorte dell' armi a' tuoi funesta / "El resultado de la batalla fue cruel para tu pueblo...").
Esta confesión encoleriza a Amneris, quien se revela como su rival y planea vengarse de Aida.
Aida, Amonasro y los etíopes capturados ruegan al rey egipcio que se apiade de ellos, pero los egipcios piden su muerte (Aida, Amneris, Radamés, el rey, Amonasro, coro: Che veggo!
Como recompensa por parte del rey, Radamés le ruega que no mate a los prisioneros y los libere.
Aida y Amonasro permanecen como rehenes para asegurar que los etíopes no se vengarán de su derrota.
Entrada del templo de Isis junto al Nilo Se dicen oraciones (Coro, Ramfis, Amneris: O tu che sei d'Osiride / "Oh tú que perteneces a Osiris...") en la víspera del matrimonio entre Amneris y Radamés en el Templo de Isis.
Cuando él llega, Amonasro se esconde detrás de una roca y escucha su conversación.
Él se siente aliviado al saber que Aida aún está viva y confía en que ella haya llegado a su propio país (Amneris, Radamés: Gia i Sacerdoti adunasi / "Ya los sacerdotes se están reuniendo").
Lo sentencian a morir enterrado vivo, y entonces Amneris llama a los sacerdotes de Isis «tigres sedientos de sangre» (Escena del juicio, Amneris, Ramfis y coro: Ahime!
Radamés ha sido llevado al subterráneo del templo y sellado en una oscura bóveda, está enterrado vivo.
Aceptan su terrible destino, unen sus voces en el célebre «O terra, addio» (Radamés: Morir!
[27] Por encima de la bóveda en el templo de Ptah, Amneris, impotente y profundamente dolorida, implora a Isis para que su adorado Radamés pueda descansar en paz, ignorando que en su tumba Aida lo acompañará eternamente.
Entre las intérpretes negras, destacaron Leontyne Price, Martina ArroyoShirley Verrett y Grace Bumbry (quien también cantó el rol de Amneris).
En el papel de Amneris destacaron Giulietta Simionato, Ebe Stignani, Fiorenza Cossotto, Shirley Verrett, Ana María Iriarte, Grace Bumbry, Dolora Zajick,Irina Arjípova, Yelena Obraztsova, Olga Borodina y Oralia Domínguez.
Destacados intérpretes de Radamés han sido Carlo Bergonzi, Luciano Pavarotti, Giovanni Martinelli, Enrico Caruso, Pedro Lavirgen, Franco Corelli, Mario del Mónaco, y Plácido Domingo.
Entre los Amonasro destacaron Leonard Warren, Piero Cappuccilli, Sherrill Milnes y Simon Estes.