Aparecen a la moda de la nobleza del momento, vestidos de fino lino blanco plisado, ella con el largo y ceñido vestido femenino, él con el faldellín corto masculino, sandalias, los anchos collares ceremoniales y sus coronas azules habituales con el ureo real, Akenatón luce la corona jepresh y Nefertiti la suya característica, alta, trapezoidal y plana.
Es un tipo de escultura habitual en el arte egipcio desde el Imperio Antiguo para mostrar matrimonios, pero aquí se sigue el novedoso canon del arte amarniano: cuello largo, hombros estrechos y redondeados, pecho, vientre, caderas y muslos prominentes tanto en las figuras femeninas como en las masculinas.
El rey era la encarnación del dios Atón, que no era antropomórfico, solo representado por el mismo disco solar dador de vida, y considerado por tanto andrógino.
En las excavaciones de Amarna, se hallaron numerosas estelas y estatuillas representando a la pareja real en casas particulares.
Este tipo de pequeñas estelas y figuras no aparece hasta el noveno año del rey, lo que facilita la datación; se siguieron fabricando hasta su muerte.