Su padre era criador y también politécnico, lo que sin duda tuvo influencia en él.
Fue caballista de Cadre Noir (cuerpo de caballeros franceses de élite) al mismo tiempo que Pierre Danloux, Jean-Charles-Emond Wattel, y Saint Phalle, y además fue instructor de Xavier Lesage, futuro campeón olímpico y caballista en jefe, quien dirá de Decarpentry : « Il travaillait tranquillement, sans esbroufe, sans vouloir étonner la galerie » (« Trabajaba tranquilamente, sin jactancia, sin querer asombrar a nadie »).
Herido en el brazo en 1916, el cirujano que debía operarle le advirtió que su codo tenía riesgo de anquilosarse, y entonces Decarpentry solicitó hacer lo posible como para « permitirle poder tomar las riendas con la mano ».
Su obra más célebre, Équitation Académique, es una compilación de autores clásicos, en donde agrega sus propias reflexiones sobre las dificultades que se pueden llegar a plantear en la práctica.
Y a pesar del tiempo transcurrido, este libro es aún hoy día una de las referencias bibliográficas ecuestres que conviene no olvidar.