Albertico Yáñez

También colaboró en publicaciones de temática cultural como las revistas Unión o El Caimán Barbudo.

Su amiga, la escritora y editora, Mirtha González ha dicho que: "Todo en él era grandilocuente, universal, tremendo.

Nunca escribió directamente en la computadora: solo la usaba para recibir y enviar mensajes a las amistades que tenía en todo el mundo".

[3]​ También se afirma que fue un artista de pluma experimental; infatigable soñador y disparatado.

[4]​ Su hermana, la escritora Mirta Yáñez, ha dicho, en clave de humor, que "nadie, excepto su perra Gladis Elvira y su gata Ana Luisa Gutiérrez, puede dar fe de quién rayos es Albertico Yáñez".