Hasta entonces, el espacio había servido como una escalera, según se muestra en el plano del Alcázar de Luis de Vega que plasma las reformas ordenadas por Carlos I.
Fruto de las mencionadas reformas de Felipe II se formó la alcobilla, como la importante galería dorada por la que se accedía a esta.
La alcobilla desapareció en el marco de las reformas ordenadas por Felipe V en la crujía oeste del regio alcázar.
La alcobilla sirvió de dormitorio íntimo del rey (que contaba con uno de carácter más representativo en la que después sería conocida como pieza oscura, también era un lugar en el que por Felipe IV cenaba de forma privada.
[2] No debe confundirse con la Alcoba del Rey, nombre dado a la Pieza de las Furias.