Para ganarse la vida, trabaja como periodista en los diarios El heraldo y La Libertad, ejerciendo en este último como crítico de cine.
[6] Durante años, todas sus obras permanecieron descatalogadas, hasta que Nabla Ediciones empezó a reeditar las sagas de Benasur y Semíramis en 2008.
Tras la muerte de su marido, el rey asirio Shamshiadad V, Semíramis logra hacerse con el poder en toda Mesopotamia.
Aunque la reina tiene inclinaciones lésbicas, su gran amor es un misterioso vagabundo consagrado al dios Enlil, Dungui.
Cada vez más inhumana, Semíramis se retira a un segundo plano dejando que su nieto Tiglatpileser III gobierne, pero manteniendo su poder en la sombra.