El 13 de noviembre, Alekséi Guerman fue condecorado (póstumamente) con el Premio a la carrera que fue recogido por sus familiares.
Pasaría los mismo con Natalia Toréieva, diseñadora de vestuario en Veinte días sin guerra.
Sus películas están filmadas mayormente en blanco y negro o mediante el uso de un color muy apagado.
Sus películas están protagonizadas por personajes que no podían ser categorizados ni como héroes ni como villanos y por contratar actores encasillados en un tipo de personajes para que interpretasen otro radicalmente distinto.
[8] En esta obra póstuma la puesta en escena se caracteriza por el barroquismo extremo, la estética repulsiva y la impactante complejidad técnica, con largos planos secuencia saturados de detalles sensoriales.