Aleksandr Gavrílovich Golovkin

En 1709 acompañó al zar a sus entrevistas con los rey polaco Augusto II y prusiano Federico I.

En 1710 fue asignado, junto al kniaz Yuri Trubetskói, al servicio del zarévich Alekséi Petróvich y en su nombre fue, en noviembre de ese año, a Brunswick a negociar su matrimonio con la princesa Carlota Cristina de Brunswick-Wolfenbüttel.

Se reuniría en 1717 en Brandenburgo con el zar Pedro y su esposa Catalina Alekséyevna, provenientes de su visita a Ámsterdam.

Durante este período ejerció como embajador ruso en Francia, residiendo en París y acercándose a Soissons con ocasión de las sesiones del Congreso.

No obstante, Aleksandr conservaría su cargo en Holanda y las condecoraciones recibidas en el reinado anterior.

Sin embargo, en 1743, a raíz del asunto Lopujiná, en el que se vio envuelto su hermana Ana Gavrílovna, disminuyó la confianza en él de la emperatriz, por lo que, aunque conservó su cargo, perdió las condecoraciones anteriores, a pesar de la protección del canciller Alekséi Bestúzhev-Riumin.

Golovkin, enfermo, retrasó su salida, y la corte imperial rusa envió de nuevo una orden categórica para su regreso a Rusia.

Condesa María von Kameke, nacida Golóvkina e hija de Aleksandr Golovkin.